El Afro Caribeño

Originarios del África Ecuatorial este grupo étnico llegó al país en diferentes momentos históricos y contribuyó enormemente a enriquecer la cultura y la idiosincrasia costarricense.

Al salir de la Edad Media el mundo experimenta un gran cambio debido al mejor conocimiento del planeta que adquieren los hombres en Occidente. Al acercarse el europeo a África en el Siglo XV y a América en el XVI lo hace creído de superioridad, lo que le llevará entre otras cosas a desarrollar la reprobable práctica del comercio esclavo. Entre los Siglos XVI y XVIII se extiende este comercio para satisfacer la demanda de mano de obra en la colonización de América, siendo sometidos a los más duros trabajos los africanos siempre acompañaron a los colonizadores españoles en Costa Rica en el descubrimiento de nuevos territorios, en el asentamiento de las primeras poblaciones y en el intento de sometimiento del indígena.

En el siglo XVII el africano desempeñó un papel económico importante como trabajador en los cacaotales de Matina. Predominaban los originarios del grupo Bantú, los Araras, los Mandingas y los Ashanti que poco a poco fueron ganando su libertad hasta la abolición de la esclavitud en Centroamérica en 1.823, había comenzado el cruce entre negros, blancos e indios, constituyendo así vínculos culturales entre los diferentes grupos étnicos.

A mediados del siglo XVIII, aunque minoritarios, pescadores de tortugas se fueron instalando en el litoral limonense fundando pequeñas poblaciones. A estos se les unirían afro caribeños tras la construcción del ferrocarril en Limón, y de Panamá y Colombia escapando de la guerra que azotaba esas regiones.

Jamaica en 1.655 pasó del dominio español al británico, con ellos se produce la revolución azucarera que provoca la llegada de esclavos a las plantaciones de caña, predominan los originarios del Imperio Ashanti, de Ghana. Las condiciones del negro eran especialmente duras, de ahí que se produjera a menudo el fenómeno de los cimarrones, esclavos negros huidos. La declaración de libertad, la ruina del azúcar en 1.860 y las posteriores crisis obligaron al jamaicano a emigrar fuera de la isla, Panamá, Cuba y Costa Rica fueron algunos de sus destinos.

A partir de 1.871, con el inicio de las obras del ferrocarril en Limón, se produce la mayor oleada de inmigrantes afro caribeños desde diferentes partes del Caribe, especialmente de Jamaica, para realizar los trabajos de construcción de la línea férrea. La relación existente entre los jamaicanos y el Estado era circunstancial ya que los trabajadores tenían en mente regresar a su tierra, por lo que mantuvieron viva una conexión étnica y cultural con su país de origen. Pero la crisis financiera del ferrocarril obligó a muchos a quedarse y dedicarse a una agricultura de subsistencia instalándose en pequeñas parcelas a lo largo de la línea férrea, mas tarde llegaría la explotación bananera, trabajo con el que el jamaicano estaba familiarizado pues ya lo cultivaban en Jamaica. 

Desligados de la vida política y social de Costa Rica y sin la ciudadanía costarricense durante 5 décadas, la población afro caribeña estuvo bajo la influencia de las islas Antillas y el Caribe centroamericano con los que compartían la misma herencia cultural. Los limonenses debieron luchar por tener una educación correspondiente a su raíces culturales, conservaron su idioma, el Patuá, una mezcla de inglés y francés, tenían sus propias fiestas, su religión protestante, sus tradiciones y costumbres afro británicas, se practicaban los deportes ingleses, como el criquet o el boxeo, mantenían su tradición oral africana con sus cuentos populares y desarrollaron su propia música, el Calypso. En este marco cobrarían relevancia movimientos y líderes sociales, donde destacó la figura de Marcus Garvey.

El aislamiento de la población negra por parte del Estado costarricense comenzó a desaparecer en 1.948 cuando el gobierno de Don José Figueres dio el primer paso para derogar las leyes discriminatorias que catalogaban como indeseables a los negros, chinos, sirios, gitanos, prófugos y locos, anula la ley que prohibía la migración de negros al Pacífico siguiendo a las plantaciones bananeras y abre las puertas a un proceso de integración entre el caribeño costarricense y el resto del país. 

Las costumbres heredadas del África Occidental y las Antillas marcaron definitivamente la cultura en el Caribe, legado que se deja ver en sus manifestaciones culturales. 

En la Arquitectura se puede notar la clara influencia británica, proveniente de las islas Antillas y Jamaica, casas de estilo victoriano construidas en madera sobre pilares, pintadas con colores llamativos, rodeadas de un porche y ornamentadas con cenefas de alegres motivos. Cabe señalar en los inicios de la arquitectura limonense la idea de provisionalidad de las casas, por la idea de regresar a Jamaica, así se puede notar menos detalles decorativos que en otras regiones del Caribe.

La Gastronomía limonense destaca por la sutileza de sus platos, en los que siempre han utilizado los ingredientes que la naturaleza les facilitaba y que ellos mismos sembraban para el auto consumo. La leche de coco es la base en la que cocinan deliciosos pescados y mariscos, el arroz con frijoles, llamado Rice and Beans, o el famoso Rondón, una vigorosa sopa preparada con los productos de los que se disponían, solían ser tubérculos como la yuca, camote, ñampí o el tiquizque, plátanos y no solía faltar algún pargo, macarela, jurel, langosta, jaiba o king crab. 

Recetas llenas de fuerza y sabor como el Jaquee o seso vegetal con bacalao, la famosa salsa caribeña con las que aderezan sus carnes y pollos, o el popular Patí, deliciosa empanada de carne ligeramente picante con especias, las más usadas en la cocina caribeña son la pimienta, el romero, el tomillo, el curry o el chile picante llamado panameño. Entre los dulces destacan el Plantinta, empanada rellena de piña o banano, las galletas jengibre y el Pan Bon.

Fotografias de Paco Salmerón

Texto de Juan Carlos Lorite y Paco Salmerón