Playa Cocles
Su cercanía a Puerto Viejo la convierte en la playa más animada del Caribe Sur donde surfeadores, turistas y locales se reúnen bajo los rayos del sol, es perfecta para caminar por su orilla o por sus senderos, bañarse en sus aguas azules, broncearse, leer un libro o montar a caballo sobre sus arenas doradas, o simplemente contemplar el paisaje.
Su cercanía a Puerto Viejo la convierte en la playa más animada del Caribe Sur donde surfeadores, turistas y locales se reúnen bajo los rayos del sol, es perfecta para caminar por su orilla o por sus senderos, bañarse en sus aguas azules, broncearse, leer un libro o montar a caballo sobre sus arenas doradas, o simplemente contemplar el paisaje.
Su zona costera y marítima está protegida por el Refugio de Vida Silvestre Gandoca-Manzanillo, se extiende por kilómetros salvaje y solitaria bajo la sombra de exuberantes cocoteros y un tupido bosque, aquí desembocan el río Cocles y el río Negro dando lugar a un importante humedal que proporciona pozas de agua dulce.
Frente a la playa hay una pequeña isla rocosa donde al atardecer numerosas aves acuden a pernoctar y donde las historias y leyendas de piratas hablan de tesoros escondidos y espíritus que los custodian.
Playa Cocles, al igual que muchas playas del Caribe Sur, cuenta con el galardón Bandera Azul Ecológica que premia la calidad de sus aguas y la limpieza de su entorno, además cuenta con un programa de salvavidas que velan por la seguridad de los bañistas, una iniciativa promovida y manejada por los empresarios turísticos locales que está dando excelentes resultados.
Entre los establecimientos turísticos creados a lo largo de esta playa encontramos resorts integrados con la naturaleza que tratan de ser amigables con el ambiente y trabajan de una forma sostenible con el, algunos de ellos cuentan con el Certificado de Sostenibilidad que otorga el Instituto Costarricense de Turismo y ofrecen servicios de alta calidad, capaces de satisfacer las necesidades de un turismo ecológico que busca unas vacaciones de selva y playa.
Fotografías de Paco Salmerón
Texto de Juan Carlos Lorite y Paco Salmerón