Playa Chiquita
Hay pocos lugares en el mundo donde la selva se baña en el mar como lo hace en Playa Chiquita, una de las mas tranquilas y menos conocidas del Caribe Sur, un auténtico paraíso terrenal lleno de paz y tranquilidad. Situada 6 kilómetros al Sur de Puerto Viejo, a mitad de camino de Manzanillo, es ideal para el turismo familiar, de descanso, ocio y salud.
Como consecuencia del fuerte terremoto que azotó Limón en 1.991 emergieron las placas submarinas de coral de estas pequeñas playas dando lugar a pozas de aguas trasparentes y suaves arenas rodeadas por un radiante bosque tropical.
Hace décadas comenzaron a llegar extranjeros que compartiendo la atracción por la naturaleza encontraron en esta playa su paraíso particular haciendolo su nuevo hogar. Con la conciencia común de proteger la diversidad natural y cultural del lugar fueron desarrollando negocios familiares sostenibles hasta establecer una oferta de servicios relacionados con el turismo ecológico.
El cuidado de la naturaleza, el cuidado del cuerpo, de la mente y del alma son tendencias muy presentes en Playa Chiquita. En este mágico rincón serás capaz de desconectar del mundo exterior y de las actividades de la vida cotidiana renovando tu energía, podrás practicar diferentes técnicas de meditación como el yoga, practicar rituales indígenas como el temascal, relajarte con un masaje al chocolate o contemplar la vida salvaje desde la hamaca de tu hotel llevando una alimentación saludable.
Los deportes de aventura también están presentes en esta playa, puedes hacer snorkel en los arrecifes de coral, pasear a caballo, caminar por la montaña o pasear en bote por la costa con algún pescador local y pescar un delicioso manjar para cocinarlo a fuego lento con una estupenda leche de coco, rodeado de nuevos amigos.
La mayoría de los establecimientos turísticos están enfocados a la sostenibilidad, regentados por nucleos familiares, que te ofrecen todos los cuidados que necesitas para disfrutar de unas vacaciones inolvidables, en contacto con la naturaleza y colaborando con la economía de la población local que se encarga de conservar este pequeño paraíso del mundo para todos.
Fotografías de Paco Salmerón
Texto de Juan Carlos Lorite y Paco Salmerón